En su largo caminar, Don Quijote y Sancho se encuentran con unos molinos de viento y Don Quijote creyéndose que son gigantes se dispone a atacarlos con su lanza. Sancho intenta remediar esta situación diciendo a su señor que no son más que molinos de viento, pero Don Quijote se empeña en atacarlos ya que él piensa que son gigantes malvados. Nuestro héroe acaba mal herido en su singular aventura, pierde su lanza en esta lucha y recuerda cómo una vez leyó que un caballero repuso su lanza con un tronco de árbol y así lo hizo él.
Al día siguiente de la hazaña vivida con los molinos de viento, Don Quijote y Sancho vieron a dos frailes que caminaban en la misma dirección que una mujer que viajaba detrás de ellos. Don Quijote pensó que los monjes tenían secuestrada a la mujer y arremetió contra ellos, no sin el aviso de su fiel Sancho de que otra vez se estaba equivocando.
En esta aventura, como en tantas otras de Don Quijote, escuchamos siempre la voz de su escudero intentando devolver a su señor a la realidad de los hechos. Es por tanto esta obra universal la puesta en escena de dos conceptos bien distintos: el mundo de las ideas de Don Quijote y el mundo real de Sancho Panza. O es la demostración también de que dentro de cada persona pueden existir y convivir perfectamente ambas realidades y sacar al exterior la que más convenga dependiendo del momento.
1 comentari:
Ha encontrado un buen resumen y valoración de este significativo capítulo
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